[Anrede],
ahora que el ámbito político y la sociedad parecen estar encontrando poco a poco la forma de reducir las medidas ante la pandemia y, por tanto, de volver a poner en marcha la economía, inversores y ciudadanos se enfrentan a dos nuevos retos.
Ambos retos son extremadamente peligrosos y en ambos el oro podría ser el principal beneficiario. Quizá con un precio del oro de 5.000 a 10.000 dólares por onza.
¿Cuáles son exactamente estos retos?
El primero de ellos es el agravamiento geopolítico-militar en relación con Ucrania. Aunque se considere improbable una guerra directa entre las grandes potencias de EE.UU. y Rusia, la situación en suelo europeo es peligrosa, tanto para la paz en el mundo como, muy concretamente, para la estabilidad monetaria, de los mercados financieros y de los mercados de materias primas.
Las materias primas del sector energético, concretamente el gas, no solo forman parte de la infraestructura vital del sistema, sino que además repercuten de manera desproporcionada en la inflación de 2022. Y precisamente esta inflación es el segundo reto.
Con un 4,9% de inflación en enero de 2022, la tasa de inflación sigue a un nivel muy alto. Los precios de los productores acusan aún más esta tasa. En enero de 2022, aumentaron en Alemania un 18,4 % en comparación con el mismo mes del año anterior. Según Tagesschau, se trata del mayor aumento desde noviembre de 1951.
En ambos casos (acontecimientos geopolíticos e inflación), los beneficiarios son los bienes reales, en particular el oro y la plata.
Pero, ¿hasta dónde subirán los precios de ambos?
Tres hipótesis para el precio del oro:
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